20.7.09

Viajes por España (II): Santiago de Compostela


Y llegué a Santiago de Compostela casi tocando las doce y esperando ver meigas... y ¡escuché gaitas, claro! En plenas celebraciones del verano, la plaza del Obradoiro y el Parador Hostal de los Reyes Católicos se convirtieron en cómplices de una música que se remonta precisamente a la Edad Media y que resonó durante la noche compostelana. Os juro que entre la melodía medieval, la madera recia de las puertas de las habitaciones del parador y los arcos de piedra que se abrían al claustro -pues el hostal había sido antes monasterio- pensé que una vez más (como en Toledo) todo jugaba a convencerme de que el siglo XII había salido de las páginas de mi libro para acompañarme, como un amigo más, en la aventura promocional de este año.

Pero me despisto, y eso no puede ser. Porque primero tengo que mandarle un abrazo a Noa, que ya es reincidente en eso de acompañarme mientras hablo con los periodistas de mis criaturas. Con ella pasé una agradable jornada charlando de literatura entre radios, televisiones y periódicos y disfrutando del apacible día nublado con el que la ciudad de Diego Gelmírez tuvo la gentileza de obsequiarme. Con Rocamadour y Santiago se abre la acción de mi novela: dos templos de piedra para una aventura medieval.

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