Un día después, en Bilbao el sol lucía con casi tantas ganas como en Sevilla, hasta el punto de que tuve que sacar mi sempiterno abanico para combatir el calor. Antes de salir por el segundo periplo (para distinguirlo de la semana del 7 de julio, dónde estuvimos en Toledo, Madrid y Valencia) el equipo de prensa de Planeta me había enviado una entrevista de una página entera, ya publicada pues el periodista había seguido la presentación de Toledo. (Qué mosqueada parezco en la foto, ¿verdad? Pues es la miopía y el flash de las cámaras :)
Así que el País Vasco, con la eficiente María a la cabeza de nuestra expedición de dos personas, tuvo a bien ser el cierre de esta mini-gira, y de nuevo el día dejó de tener horas para llenarse de caras, besos, radios (programas veteranos como Pompas de Papel), periódicos y televisiones. Y la última entrevista, con la sonrisa ya en los labios porque el siguiente avión me llevaría de vuelta a casa y a los míos, y también porque a las cosas buenas hay que saber saludarlas deprisa y con cariño, no sea que se olviden de uno, se den la vuelta y no regresen.
Así que el País Vasco, con la eficiente María a la cabeza de nuestra expedición de dos personas, tuvo a bien ser el cierre de esta mini-gira, y de nuevo el día dejó de tener horas para llenarse de caras, besos, radios (programas veteranos como Pompas de Papel), periódicos y televisiones. Y la última entrevista, con la sonrisa ya en los labios porque el siguiente avión me llevaría de vuelta a casa y a los míos, y también porque a las cosas buenas hay que saber saludarlas deprisa y con cariño, no sea que se olviden de uno, se den la vuelta y no regresen.