Breve anécdota que me contaban de la (desternillante, como todas las ferias) Feria del Libro de Madrid: una señora se para frente a una caseta, con dos críos de la mano, un cochecito empujándose por arte de birlibirloque, llevando las bolsas y el bolso, y repite en voz alta, leyendo el título de un libro expuesto en la parada:
- "1001 libros que hay que leer antes de morir".
Reflexiona un instante, antes de soltar con un tono que navega entre la añoranza y el choteo:
- ¡Pues habrá que darse prisa!
Y sigue avanzando, empujando a churumbeles, carrito, bolsas y cabaña varia.
Lo cual me lleva a la sabia y resabiada conclusión de sin (buen) humor no hay lecturas, ni ventas, que valgan. Así que echémonos unas risas, por lo que pudo haber sido y nunca fue, y por lo que será que no sabemos, que sin duda es mucho.
14.6.09
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