En la efigie que yace en la abadía de Fontevraud, dónde está enterrada, no se distinguen los rasgos de belleza legendaria que hicieron famosa a Leonor de Aquitania en todo el Occidente medieval. El rostro es ovalado y de facciones regulares, sí, pero descansan con una placidez que se me antoja engañosa. El "águila bicéfala", como la habían llegado a llamar sus enemigos por haber llevado dos coronas, la de Francia y después la de Inglaterra, debía ser una hermosa mujer, pero de aquéllas cuyo encanto emana del movimiento y de la energía. Legendaria fue la vitalidad imparable de una reina que cruzó el canal de la Mancha cuantas veces fue necesario para sostener un reino, y a veces, para oponerse a su propio marido, el rey de Inglaterra Enrique II de Plantagenet.
Pienso en Leonor porque acabo de leer una biografía de la duquesa de Aquitania, escrita por Régine Pernoud en 1966 y traducida por Espasa Calpe en su día, y que ahora vuelve a publicarse. Después, releeré la biografía del también medievalista Jean Flori y sus cartas. Pienso en ella porque Leonor aún no ha aparecido en mis novelas más que como un fantasma, o una referencia al vuelo: como la esposa de dos reyes y la madre de una reina de Castilla (su hija Leonor casó con Alfonso VIII). Pienso en una mujer que vivió y luchó durante ochenta años, poseyó dos coronas, vivió rodeada de poesía y de música, y ahora duerme en una tumba de piedra, sosteniendo para siempre un libro entre sus manos.
Pienso en Leonor porque acabo de leer una biografía de la duquesa de Aquitania, escrita por Régine Pernoud en 1966 y traducida por Espasa Calpe en su día, y que ahora vuelve a publicarse. Después, releeré la biografía del también medievalista Jean Flori y sus cartas. Pienso en ella porque Leonor aún no ha aparecido en mis novelas más que como un fantasma, o una referencia al vuelo: como la esposa de dos reyes y la madre de una reina de Castilla (su hija Leonor casó con Alfonso VIII). Pienso en una mujer que vivió y luchó durante ochenta años, poseyó dos coronas, vivió rodeada de poesía y de música, y ahora duerme en una tumba de piedra, sosteniendo para siempre un libro entre sus manos.
2 comentarios:
Y no se puede negar que sin su inspiración y apoyo no habría proliferado tanto la literatura artúrica y la leyenda griálica cantada por innumerables bardos e inspiradora de las gestas de la Caballería Occitana.
Salud y Amistad
Pues gracias por la invitación. he llegado a tu blog mirando cosas de Leonor de Aquitania, despue´de re-ver El león en invierno ¡Qué gran película¡ Mi especialidad es la Edad Media, y estos personajes animan las escasas noticias que engeneral tenemo de esta apasionante época. Enhorabuena por tu blog
Elena
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