26.5.09

La tierra de Dios



¿Recordáis la historia de una portada? Pues esta es la segunda parte, o mejor dicho, la portada de la nueva novela. Prometí que la colgaría en cuanto tuviese el archivo, y aquí está. Me gusta especialmente el aire de familia que tiene con La dama y el león (podéis comparar con la cubierta de la columna derecha) pero al mismo tiempo, es original y promete una historia distinta y vibrante, como la ciudad medieval que sale en la imagen. El fondo blanco es limpio y potente, y facilita el impacto del título, en un color vino muy apropiado para una novela histórica. Las opiniones sobre las cubiertas siempre son subjetivas y no puede ser de otro modo, pero hay elementos descriptivos a los que hay que prestar atención: la buena lectura del título y el nombre del autor, la correcta utilización de la ilustración o fotografía, una selección acertada de la tipografía, y eso sólo por mencionar el abc del buen diseñador. Huelga deciros que a mi juicio esta portada reúne todas esas virtudes, y más. ¿Qué opináis vosotros? ¿Os detendríais en una librería, un lineal o una mesa de novedades al verla?

19.5.09

Mario Bendito

LIBROS

Quiero quedarme en medio de los libros
vibrar con Roque Dalton con
Vallejo y Quiroga
ser una de sus páginas
la más inolvidable
y desde allí juzgar al pobre mundo
no pretendo que nadie me encuaderne
quiero pensar en rústica
con las pupilas verdes de la memoria franca
en el breviario de la noche en vilo
mi abecedario de los sentimientos
sabe posarse en mis queridos nombres
me siento cómodo entre tantas hojas
con adverbios que son revelaciones
sílabas que me piden un socorro
adjetivos que parecen juguetes
quiero quedarme en medio de los libros
en ellos he aprendido a dar mis pasos
a convivir con mañas y soplidos vitales
a comprender lo que crearon otros
y a ser por fin este poco que soy

11.5.09

Finales y principios



Después de días encadenada al escritorio y a mi MacBook, puedo prometer y prometo que he entregado los últimos capítulos de La tierra de Dios a mi editora. Ése es el título de la próxima aventura de Aalis de Sainte-Noire, que como anticipé en una entrada anterior, transcurre en la España del siglo XII, con las tres culturas y los enfrentamientos entre moros y cristianos como trasfondo.

Los finales producen una sensación extraña: a veces lo son pero no te das cuenta hasta más tarde, y otras desearías que llegasen pronto y en cambio se hacen de rogar como si supieran que cuando lleguen, la suerte estará echada. Me hace sonreír la dulce ironía de que al poner yo punto y final a La tierra de Dios, la novela empieza de nuevo: se abre a una segunda vida, la que tendrá entre los lectores que quieran leerlo, dentro de un mes. Se pone a la venta el 15 de junio, de modo que si os apetece averiguar qué sucedió después de La dama y el león, los personajes os estarán esperando agazapados en las páginas de la nueva novela, en librerías y sitios de guardar, a partir de esa fecha.

Así que hay principios felices por los que vale la pena seguir escribiendo, leyendo y compartiendo cosas con los amigos: son los que van disfrazados de final. Por esos principios, y con muchas ganas de os guste la novela que he escrito, brindo por las mujeres (y los hombres) que derrochan simpatía. Salud.