En Estados Unidos celebran hoy el Fourth of July. El 4 de julio de 1776 se independizaron de la Corona Británica y adoptaron la Declaración de la Independencia, y hasta hoy ese día se celebra con fuegos artificiales, fiestas y un largo fin de semana de descanso y celebración de su libertad.
Celebro y admiro la sabiduría del Nuevo Mundo, que sabe de la importancia de recordar las libertades porque así también se habla del precio que hubo que pagar para conseguirlas, y no se dan por sentadas. Todos tenemos algo de lo que independizarnos, y seguro que no es fácil mirar de frente al ejército británico y decir que no, que esta vez no pasará de largo nuestra oportunidad.
Por más difícil que resulte, lo cierto es que una vez segadas las ataduras, desde las mayúsculas banderas hasta las más nimias esclavitudes cotidianas (un impuesto arbitrario sobre el té, por ejemplo, fue el catalizador del malestar de las colonias americanas contra los británicos) esa independencia se atesora como una verdad redescubierta, como esas frases de los libros de la infancia que cobran sentido mucho tiempo después, cuando se leen habiendo vivido. Y uno se da una palmada en la frente y dice: "Pero, ¿cómo se me ha podido olvidar? Es así, era esto, esto es cierto".
Feliz día de la independencia :)
PS: La imagen, claro, es del actor Will Smith, protagonista del artefacto hipnótico Independence Day. Creo que esa película va camino de ser el Qué bello es vivir del 4 de julio.
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